Acuerdo del pleno de 22 de marzo de 2013 y de la Ponencia de Paz y Convivencia de 13 de julio de 2012
La búsqueda de la paz y la convivencia ha sido una preocupación y ocupación constante en la labor política e institucional del Parlamento Vasco desde su constitución. No podía haber sido de otro modo, tratándose de la Institución emanada de la voluntad popular en el ejercicio democrático. La atención a todos los derechos humanos, el ejercicio de su defensa por medio de las palabras plasmadas en numerosas medidas legislativas e iniciativas de esta Cámara, dan fe del compromiso del Parlamento Vasco con la búsqueda incesante de una paz integral y una convivencia democrática para Euskadi, una paz duradera trabajada en el diálogo, en la justicia, en la verdad y en el interés general del Pueblo Vasco.
El anuncio de ETA del cese definitivo de su actividad armada el 20 de octubre de 2011 ha abierto un nuevo panorama y un nuevo tiempo en los que abordar las políticas sobre la paz, la convivencia y la humanización. Tras décadas de violencia destructiva y de vulneración de los derechos humanos, la consolidación de este nuevo tiempo solo será posible con la desaparición definitiva de ETA.
Esta declaración parlamentaria sintetiza las diversas aportaciones hechas por distintos agentes sociales y políticas en el transcurso de los últimos meses. Ordena su contenido en una propuesta de principios y compromisos.
Lo contenido es el resultado de la escucha, el diálogo y la puesta en común desarrollada en este Parlamento. Su intención es ofrecer contenidos asumidos y compartidos que nos conduzcan a la paz y la convivencia, auténtica exigencia de la sociedad vasca y deber ético, político y democrático de los representantes de la voluntad popular.
I. PROPUESTA DE PRINCIPIOS Y COMPROMISOS
La defensa de todos los derechos humanos y de los valores de la democracia deberá ser referente político, institucional y social con el fin de ir construyendo una paz integral y una convivencia democrática. Su basamento tendrá en cuenta una mirada a nuestro pasado y una visión del presente que considere el horizonte futuro.
Principios para una paz con memoria
Principio básico
La paz y la convivencia futura requieren el reconocimiento de la injusticia de la violencia, el reconocimiento del daño causado y de la dignidad de las víctimas, todas ellas merecedoras del derecho a la verdad, la justicia y la reparación.
Principios específicos
- Establecer el principio de responsabilidad: supone determinar y reconocer la responsabilidad de cada cual en el pasado y las consecuencias relativas a las vulneraciones de los derechos humanos.
- Articular una memoria colectiva no neutral y activa contra la quiebra de los derechos humanos y sus consecuencias.
- Considerar que la memoria constituye una herramienta esencial para la deslegitimación ética, social y política del terrorismo.
- Evitar una verdad a medias, reprimida o amnésica: configurar, a través del relato objetivo de los hechos, la verdad compartida sobre las violaciones contra los derechos humanos.
- Asumir que, aun siendo deseable un acuerdo compartido entre diferentes sobre las causas de lo ocurrido, se podrá dar una pluralidad de interpretaciones sobre la génesis de la vulneración de derechos humanos, concluyendo que todas las rupturas de dichos derechos se dieron porque grupos y personas antepusieron a la dignidad humana otros objetivos.
- Procurar que la construcción de una memoria compartida sea un medio para aliviar el sufrimiento injusto de las víctimas y evitar la impunidad, así como para la consecución de la paz y la convivencia democrática. Esta memoria debe servir para repensar y construir el futuro sin anclarse en el relato de lo sucedido.
- Trabajar desde la reconstrucción de lo sucedido para que llegue un tiempo en el que, erradicando el miedo que aún persiste en parte de la sociedad vasca por la repercusión y la amenaza se puedan cerrar las puertas de un pasado doloroso y abrir las de un futuro esperanzador para todos.
Compromisos para la garantía de no repetición
Compromiso básico
Ni una sola causa política puede situarse por encima de los principios básicos de la ética y el respeto a los derechos humanos. Los derechos humanos constituyen un absoluto ético por encima de cualquier causa.
Compromisos específicos
- El compromiso ético por la dignidad humana: el valor del respeto a la dignidad humana, a la persona, y a los derechos humanos que de ella se derivan, la vida en primer lugar, es siempre superior y anterior a cualquier causa o idea política o a la razón de Estado.
- El compromiso democrático con la pluralidad de la sociedad vasca.
- El compromiso democrático con la palabra, el diálogo y la búsqueda de acuerdos: ni la violencia ni la imposición sirven para resolver las diferencias. Esta será la base de un instrumento educativo, en particular para concienciar a la juventud de que ninguna diferencia, conflicto o problema se soluciona por medios violentos sino por medio del diálogo, la escucha y el aprendizaje de los valores de la igualdad de todos en dignidad humana, de la libertad, de la justicia, de la verdad y del respeto mutuo.